A 20 años del 11 de septiembre

* La carroza negra de Bush; soldados mexicanos en Irak y Afganistán

Federico Campbell Peña
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La carroza negra de Bush; soldados mexicanos en Irak y Afganistán fue el libro que escribí sobre los interrogantes del 11 de septiembre de 2001 y la subsiguiente invasión a dichos países por George W. Bush, el vicepresidente Dick Cheney, los asesores Condoleezza Rice, Richard Pearl, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el exdirector del Banco Mundial Paul Wolfowitz y el secretario de Estado de origen jamaiquino, Collin Powell, quien mintió ante la ONU de que existían “armas de destrucción masiva” bajo poder de Saddam Hussein:

Https://articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-797250666-lala-carroza-negra-de-bushfederico-campbell-pena-_JM

La fotografía de la portada la tomé cuando Bush pasó con su limusina frente a mí, cerca de la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, en septiembre de 2002. Un manifestante solitario cargaba la pancarta que decía “Bush lo hizo” Pensé: “Si no lo hizo, lo dejó hacer”. Las familias de los 19 secuestradores salieron de Estados Unidos el 12 de septiembre sin ningún problema, a Arabia Saudita y Pakistán.

Tras los ataques, el gobierno de Bush tenía al líder de la Red al Qaeda Osama Bin Laden, escondido en las montañas de Tora Borah como el autor intelectual. Bush invadió Afganistán con sus aliados de la OTAN el 7 de octubre de 2001. Utilizaba el argumento bélico necesario: “la lucha contra el terrorismo”. El 26 de septiembre, había decretado la Ley Patriota para “legalizar” el espionaje a ciudadanos y coartar libertades constitucionales.

Con familia en la Ciudad de México, Erik Maravilla Hernández, residente en Las Vegas, era un veterano de la Guerra del Golfo de 1991. Fue enviado a Afganistán con el argumento de “acabar” con Bin Laden. José Cruz, de Tonatico, estado de México, años después, como US Marine, fue a las bases de EU en Alemania, Corea del Sur y Afganistán.

Natividad (Chico) Seco, de Tenancingo, estado de México, estuvo en Afganistán (Delta Force, entrenado en Fort Bagg, Carolina del Norte). El 20 de marzo de 2003 ingresó a Bagdad, Iraq, en las primeras columnas de tanques para derrocar a Saddam Hussein.

En febrero de 2007, el diario The Washington Post publicó que la CIA interrogó con técnicas de tortura a un mexicano que se había afiliado a Al Qaeda en Los Ángeles, California, tras convertirse al Islam. Se llama o llamaba Arcadio Lázaro. Es probable que fuera conducido a partir de 2001 a la prisión Campo Delta, en la base militar del Pentágono en Guantánamo, Cuba.

https://www.youtube.com/watch?v=AJj_MKOAHY4

El marine José Ángel Morales Garibay de El Paso, Texas, murió el 22 de marzo en Iraq, así como el tijuanense Jesús Suárez, quien fue enrolado por los marines en un mall en San Diego, escena que retrató el cineasta Michael Moore en  Faranheit 9 11. Murió el 27 de marzo de 2003 en Nasiriya. El teniente a cargo no permitió que se acercara el cuerpo médico, luego de que Suárez pisó una mina, y sin auxilio, se desangró. Después, su padre fue a ese lugar con Medea Benjamin de Code Pink y otros activistas y encontró un vidrio que se reflejaba en la arena, era una botellita de salsa Tabasco, que Jesús tenía en su bolsa para usarla con sus alimentos.

https://www.youtube.com/watch?v=vQ_0BGqp12M

El sargento tica Alexander Arredondo murió en Nayaf, Iraq, el 25 de agosto de 2004. Su padre también originario de Costa Rica, se unió desde Boston a Fernando Suárez del Solar en San Diego, para averiguar el número de soldados latinos fallecidos en Iraq y Afganistán.

El soldado poblano en el Bronx Héctor Aquino, se entrenó en la base de los marines en Buffalo, Nueva York. A sus 23 años estuvo en un portaviones en el Golfo Pérsico en 2003.  El primo de Aquino, también veterano de Iraq, se ganaba la vida cantando corridos sobre la guerra en Virginia.

El soldado nacido en Guadalajara, Jalisco, Agustín Aguayo se declaró “objetor de conciencia” como marine en 2007 en la base del Pentágono en Manheim, Alemania. Fue llevado a juicio marcial. El consulado de México en Frankfurt, le dio protección consular conforme a la Convención de Viena. Al denunciar la invasión a Iraq, citó a Martín Lutero. Lo entrevisté en Placita Olvera en Los Ángeles en mayo de 2007.

“Creo que la humanidad está perdiendo y que esta experiencia deja claro que la guerra no es la solución”, me dijo al recordar que su unidad usó tanques Bradleys causando daño a civiles.

Su mamá Susana Aguayo, había emprendido una ofensiva mediática en la Ciudad de México que ocupó tema en el Senado y fue recibida en la SRE por la entonces canciller Patricia Espinosa.

E marine boricua Pablo Paredes también se declaró objetor de conciencia en 2005 para no viajar a  Iraq en el buque USS Bonhomme Richard, así como el nicaragüense Camilo Mejía, quien en 2004 defeccionó del Ejército, estuvo un año preso en una cárcel militar en Oklahoma y luego escribió el libro Road to Ramadi, Iraq.

Otro marine de Zacatecas, hijo de una activista del movimiento Bracero, había estado en otro portaaviones pero no era objetor de conciencia.

Fernando Tena, de Fontana, California, murió en Al Ambar, Iraq, a los 19 años. Ernesto Ricardo Guerra, de 19 años, murió en Bagdad el 29 de julio de 2005. Era originario de Guanajuato y casi vecino del académico chicano David Maciel en Long Beach. Buscaba también la ciudadanía, que les prometió Bush, tras enrolarse en el Ejército con greencard o residencia. Su madre enfrentaba un juicio de deportación.

El mexicano Édgar Hernández y la panameña Soshana Johnson cayeron presos de la insurgencia en Iraq, pero fueron liberados por un operativo de los marines.

El guatemalteco José Antonio Gutiérrez murió en Umr Qasr, Iraq, el 20 de marzo de 2003, a los 22 años. Existe una película con su nombre.

 

 

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