Opositores se aglutinan contra AMLO

Jorge Meléndez Preciado
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.    Twitter@jamelendez44

Frecuentemente nos enteramos de la evasión de impuestos, el dispendio en oficinas gubernamentales, la simulación en empresas, las llamadas factureras y un listado amplio que operaron desde 1988 o antes, para ir haciendo que el Estado mexicano se volviera un enclenque que necesitara endeudarse para tapar hoyos presupuestales.

Hace poco estuvo Santiago Nieto, en un programa con los Chamucos, y en el mismo dijo que la corrupción viene de tiempo atrás, especialmente con Vicente Fox y Felipe Calderón, pero quien rompió todos los moldes fue Enrique Peña. Los casos de los gobernadores en la cárcel y perseguidos son una prueba de ello. Más el reciente ejemplo de los Emilios (Lozoya y Zebadúa), quienes tienen a muchos al borde de un ataque de nervios.

Dos noticias recientes nos indican que la acometida a la corrupción sigue adelante. En nueve meses el SAT recaudó 417 mil millones de pesos al cobrar a quienes defraudaban al país. En tanto la exsecretaria de Cultura de Peña, María García Zepeda, apodada Maraqui, quien ni siquiera concluyó una carrera media, es acusada por desvío de casi 20 millones de pesos en el llamado Museo de Museos, ubicado en el Palacio del Marqués del Apartado (Argentina, número 12); junto con ella se encuentran en el mismo caso su oficial mayor y su secretaria de administración.

En esa misma ruta, el periodista Álvaro Delgado, publica en el número 2297 de la revista Proceso, un reportaje donde el señor Claudio X. González Guajardo, obtiene aportaciones de diversos millonarios con el fin de seguir con sus organizaciones: Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), Mexicanos Primero y Aprende Primero.

En la primera estaba Claudio X. González Laporte, su padre. Ahora se dice que hace tiempo se dio de baja, pero contribuye, con otro organismo de millonarios y contrarios a López Obrador: Sí, México. El cual trata de nuclear a muchas organizaciones, incluidas religiosas y antiabortistas, más al PRD, PAN y PRI; el lenguaraz Vicente Fox y seguramente en próximas semanas, Felipe Calderón y Margarita Zavala, luego de su fallida organización: México Libre, ya que la oposición partidaria en nuestro país se encuentra en un estado catatónico.

El lunes 9, en su mañanera, López Obrador dio a conocer el estudio mencionado, aunque aclaró: con el reportero Álvaro Delgado no siempre tengo coincidencias.

 Después, un comunicado de MCCI aparecido en el periódico Reforma de ese día, en el cual se afirmaba que esa mención de Andrés Manuel atacaba la libertad de expresión y ponía en riesgo el derecho a la información (sic desviado). Aunque nunca, como aclaró Delgado en el programa nocturno, que realiza con Alejandro Páez Varela en La Octava, se desmintió la investigación del semanario.

Es más, el compañero de Proceso dijo que hace meses insiste en una entrevista con Claudio X. González, para que exprese su punto de vista, pero nunca lo han puesto en comunicación. Por lo tanto, la tan sobada transparencia que ellos reclaman y el derecho a la información es letra muerta.

En el reportaje se dan a conocer nombres de empresarios que aportan cantidades millonarias. Entre otros están Valentín Díaz Morodo, que vendió la Cervecera Modelo a una trasnacional, y ahora encabeza el Instituto Mexicano de Competitividad, cuyo anterior director del Instituto fue Juan Pardina, hoy director del periódico Reforma. Antonio del Valle Ruiz, exdueño de HSBC, una de las instituciones donde más se lava dinero en el mundo, al decir de Paul Krugman, Premio Nobel de Economía. Eduardo Tricio, que maneja el grupo lechero Lala. Carlos Álvarez, que opera la farmacéutica Pisa, la cual vendía sus productos a precios altísimos y acaparaba medicinas para niños con diversas enfermedades. Ricardo Guajardo, exdirector de Bancomer, institución actualmente en manos españolas. Los hermanos Abel y Cosme Torrado, del grupo Alsea, que manejan Starbucks –en la pandemia despidieron a sus empleados y los hicieron trabajar tiempo extra, Dominos y Vips– restaurantes por cerrar en Estados Unidos. José Luis Ramírez, dueño de los Cinépolis. Juan González Moreno, hijo de Roberto Moreno, apodado el Maseco, poseedores de Gruma, empresa casi monopólica de la masa para tortilla. La empresa Interceramic, de Mauricio Achar. Alejandro Martí, de ropa deportiva, cuyo hijo fue asesinado y alertó hace años a las autoridades: “Si no pueden, renuncien”. El Centro de Estudios Espinosa Yglesias, de Puebla. Y varios más.

Entre los operadores favoritos de MCCI están Santiago Creel, exsecretario de Gobernación de Fox; la especialista María Amparo Casar, y obviamente Claudio X. González Laporte, quien fue asesor económico de Carlos Salinas y dueño de Kimberly Clark.

Las organizaciones estadunidenses: Ford, McCarthur, NED y USAID aportan recursos constantemente.

Todo ellos, y algunos más, hacen donativos anuales por millones de pesos y evaden pagar impuestos, por iguales cantidades. Justamente alegando apoyar a organizaciones sociales que le hace bien a la ciudadanía.

Una buena cantidad de informadores son empleados en MCCI. ¿Se puede decir, entonces, que la libertad de expresión en México está en peligro?

 

 

La Estafa Maestra y otras más

Jorge Meléndez Preciado
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.  Twitter@jamelendez44

Al escribir esta colaboración no se tenían noticias de la manera en que concluyó la más complicada elección en Estados Unidos, donde hay varios sitios tapiados y cercas, entre ellas en la propia Casa Blanca, en la cual los grupos rebeldes pintaron lemas contra de Donald Trump. Lo que muestra que la nación estadunidense es más parecida a unos comicios venezolanos que a la fiesta por la democracia.

Hay algunos datos relevantes: 92 millones ya votaron por correo y otras formas y 100 millones lo harán presencialmente. En los últimos días se han vendido 100 millones de armas, lo que puede traer un enfrentamiento entre grupos supremacistas y algunos radicales opositores. La ventaja de Joe Biden era de ocho puntos y de dos a tres en los estados decisivos, aunque las encuestas nuevamente fallaron. Trump ya está alegando fraude. Todo ello muestra, como dice en su más reciente libro Jorge Castañeda: Estados Unidos en la intimidad, el fin del sueño americano.

Mientras en nuestro país viene un infierno contra los que el sexenio pasado abusaron al máximo de su poder. Ello debido a que Emilio Zebadúa, ex-oficial mayor de Sedesol y Sedatu, se acogerá al llamado “criterio de oportunidad”, de la Fiscalía General de la República y cantará en los diversos tonos quiénes están metidos en la llamada Estafa Maestra y más corrupciones.

Luego de más de un año que interpuso amparos para no ser llevado a juicio, quien inició en el salinismo, mutó a integrante del Instituto Federal Electoral, fue secretario general de Chiapas (con Pablo Salazar), estuvo  cerca de Elba Esther Gordillo, llegó a ser el hombre más importante de Rosario Robles en las dos mencionadas secretarías que destinaron lana para las operaciones aparentemente más loables, la educación superior, pero el fin era malversar fondos para actividades  políticas y enriquecer al máximo a determinados individuos. Ahora está dispuesto a todo.

 La señora Robles que esperaba la ayudaran y afirmó que no delataría a nadie, recordará la sentencia de Peña Nieto: “No te preocupes, Rosario”, que era más bien un sarcasmo de Enrique para que hiciera todo a favor de un grupo de bribones que ahora están desprestigiados en México, Estados Unidos y España, incluido el cerebro que orquestó todo, Luis Videgaray.

Junto a Zebadúa, está el caballerango de Robles desde que ambos estuvieron haciendo negocios diferentes en el entonces gobierno del Distrito Federal, cuando ella fue jefa de gobierno, Ramón Sosamontes Herreramoro, y más en la relación amorosa y perversa de la señora con Carlo Ahumada. Tanto así que Ramón se fue del PRD, organización en la que estuvieron ambos, al mismo tiempo.

            Hay rectores en apuros: quienes estaban en Morelos, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Zacatecas e Hidalgo, en esta última entidad, el capo Gerardo Sosa Castelán ya está en chirona. También ex y gobernadores: el famoso Eruviel Ávila –

quien salió de inmediato en apoyo del secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos– del estado de México; Roberto Borge, Quintana Roo, encarcelado; Francisco Olvera, Hidalgo, y Miguel Alonso Reyes, Zacatecas.

            Pero la lista será muy larga y hasta sorprendente, ya que las empresas fantasmas se usaron en supuesto apoyos a poblaciones en desastre (los afectados por los huracanes Ingrid y Manuel, en Guerrero, en 2013, por ejemplo, jamás recibieron nada de José Carlos Ramírez Marín y Rosario Robles, ambos en Sedatu), en oficinas de comunicación social, en la compra de medicinas y en mil actividades.

Obviamente que el señor Peña Nieto estará buscando más pelucas para disfrazarse, evitando ir a ver a su novia Tania a Estados Unidos y quizá sin salir de su villa en España, ya que ese error le produjo a Emilio Lozoya que lo detuviera la policía de aquella nación.

Mientras que la antes maoísta Rosario Robles ya no podrá alegar que se le tiene tras las rejas por una venganza personal, más bien tendrá que cuidarse de los próximos fríos en su domicilio actual y que el covid-19 no le caiga encima.

Pareciera que la justicia mexicana empezará a funcionar, sobre todo por una oficinita que había únicamente detectado algunos millones de pesos mal habidos durante varios sexenios y que ahora funciona para regresar dinero a los mexicanos: la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), a cargo de Santiago Nieto.

Pero también por denuncias de mujeres valientes como Muna Dora Buchaín, quien en la Auditoria Superior de la Federación (ASF), denunció estos ilícitos. Y recientemente dijo que la vetó para regresar al servicio público, del cual de mal forma fue apartada, el defenestrado secretario de Hacienda, Carlos Urzúa. Esto debe investigarse.

 

 

Pin It