Importante encuentro AMLO-Cuauhtémoc Cárdenas

Jorge Meléndez Preciado
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El martes 28 de septiembre hubo una trascendental reunión entre los líderes que han luchado por la democratización del país y realizar el cambio político de forma  permanente.

Se trata, como supimos, del encuentro: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador, quienes coincidieron en Sonora para hacer justicia a la tribu yaqui, siempre tan ofendida y necesitada de apoyos para salir adelante.

Desde la época de Lázaro Cárdenas del Río, en 1938, no se le había tenido realmente en cuenta a esos mexicanos tan ofendidos por el dictador Porfirio Díaz, y tan utilizados demagógicamente por los gobiernos posrevolucionarios. Incluso manipulados por todos los gobernadores sonorenses.

La reunión anterior entre Cuauhtémoc y Andrés fue el 3 de julio de 2018, fecha en que López Obrador ganó la Presidencia. Después hubo un alejamiento inexplicable entre ambos.

Y cuando llegó el de Tabasco a la Presidencia de la República, en varias entrevistas, su antecesor en el cargo de la capital del país había dicho que el gobierno actual no era de izquierda y que no se veía una transformación seria  en muchos terrenos a favor de las mayorías.

Seguramente la intervención de Lázaro Cárdenas Batel, asesor presidencial, dio pie a  dicha entrevista, aunque lo importante no es que se hayan encontrado dos personajes que buscan nuevos horizontes, sino que haya resultados para el avance de los yaquis, que han sido atacados por todos lados, incluso hay una buena cantidad de sus miembros desaparecidos y algunos fueron recientemente muertos.

Además, es indispensable regresarles sus tierras, algo que ya empezó a realizarse a través del secretario de Desarrollo Urbano y Territorial (Sedatu), Román Meyer Falcón, quien el 29 de septiembre anunció la primera dotación de 2 mil 900 hectáreas de las 20 mil que les han quitado o usurpado (La Jornada, 30 de septiembre).

Además, señaló Meyer que se invertirán 300 millones de pesos para agua y drenaje a 4 mil 500 familias y se realizarán 38 obras de equipamiento, entre ellas campos deportivos y centros ceremoniales, y se realizarán mil 700 acciones de vivienda para estos mexicanos despreciados antaño.

Cuauhtémoc pidió en el acto al que asistió que el Acueducto Independencia sirviera únicamente para los mexicanos ancestrales, pero a las pocas horas López Obrador dijo que no era posible ya que esa obra con inversión privada se utilizaría para que llegara el agua a Hermosillo, una de las ciudades importantes de Sonora.

Y respecto a que se encontrara a los yaquis desaparecidos, desgraciadamente de 10 ya fueron localizados cinco asesinados por grupos criminales y los otros no han podido localizarse.

Quienes fueron hallados muertos son: Fabián Sombra, Braulio Pérez Sol, Heladio Molina, Martín Hurtado y Fabián Valencia, los cuales habían ido a comerciar ganado.

Antes, uno de sus dirigentes principales, Tomás Rojo, fue encontrado en Vicam, asesinado por haber luchado contra el gobierno del panista, Guillermo Padrés (2009-2016), justamente porque se les dotara de agua.

No olvidar que en Vicam, en octubre de 2007, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), llevó  a cabo el Encuentro Internacional de Pueblos Indígenas, con la participación de 537 delegados de toda Latinoamérica.

Actualmente los yaquis son unos 40 mil en ocho pueblos de Sonora, aunque tienen una importante presencia en Tucson, Arizona, sitio que hace años era parte de nuestro territorio.

Esperamos quienes luchamos por el cambio, que esa reunión Cárdenas y López Obrador sea parte de una serie de encuentros entre los que salieron del PRI con afanes de transformar de fondo a México y no se trate únicamente de un hecho efímero.

La necesidad de agruparse y discutir a fondo cómo revolucionar pacíficamente México necesita de los esfuerzos de todos los que han bregado por el cambio serio del país. Entre ellos el EZLN.

 

 

Mario Vargas Llosa: ¿Implicado en operaciones oscuras?

Jorge Meléndez Preciado
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Para el gran  Rodrigo de la Riva.

Lo ha dicho con todas sus letras el Premio Nobel de Literatura (2010), Mario Vargas Llosa: “Soy escritor pero también soy un ciudadano”. Y tiene cabal razón, por eso aparte de criticar una de sus más recientes obras, como: Las cinco esquinas, lo fundamental es hacerle precisiones a este individuo que participa continuamente en política.

En los documentos que dieron a conocer los miembros del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, siglas en inglés), aparece nuevamente Mario entre quienes utilizan diferentes paraísos fiscales con el fin de ocultar sus ingresos o no pagar los impuestos que debe en las naciones donde viven.

Ya lo habían mencionado en los Papeles de Panamá, sin que su deslinde fuera tan atrevido como su verbo. Y ahora nuevamente se le menciona en los Papeles Pandora.

De inmediato salió a defenderlo su editora, Carmen Balcells, tratando de señalar que en ocasiones los ingresos por derechos de autor van de un lado a otro. Puede ser. Aunque desgraciadamente en muchos países, México en buena medida, los que deberían pagar impuestos no lo hacen. Por eso la señora Raquel Buenrostro, encargada del SAT, ha dicho que ha cobrado centenas de millones de pesos de consorcios como Walmart y FEMSA,  este último produce lo que motejó  como “las aguas negras del imperialismo yanqui”, el mismísimo Che Guevara.

Pero regresemos con Marito, a quien le dicen así algunos amigos.

En 1987 se enfadó con Alan García porque el entonces mandatario peruano estatizó los bancos. Ante lo cual el nacido en Arequipa, dijo que eso “lesionaría el sistema democrático”. Incomprensión de quien era muy latinoamericano.

Ello lo llevó a postularse en 1990 a la Presidencia de la República de un país con 30 por ciento de indígenas, de 30  millones de personas entonces.

Su Frente Democrático no pudo obtener el 50 por ciento más uno de los votos y en la segunda vuelta compitió contra Alberto Fujimori, quien empezó con un minúsculo grupo, Cambio 90. La gran sorpresa fue que en esa ocasión al que apodaban el Chino, le sacó casi 20 puntos de ventaja al escritor.

En la contienda, dicen periódicos limeños, Vargas Llosa erogó varios millones de dólares y Fujimori menos de la décima parte de Mario. ¿Quién financió al escritor? Misterio.

En 1993 apareció: Pez en el agua, donde Vargas Llosa contaba sus penurias en una campaña para la que no estaba preparado, no obstante la ayuda de muchos hombres de empresa y financieros.

            Fujimori está en la cárcel por varios delitos. Pero en sustitución de él apareció su hija, Keiko, del mismo apellido. La cual participó contra el actual mandatario, Pedro Castillo, un aparente populista que lo mismo habla de nacionalizaciones de compañías que tiene influencia evangélica.

Curiosamente, Mario y su hijo Álvaro, apoyaron a la señora Keiko que asimismo tiene cuentas pendientes con la justicia. Y el escritor de: La fiesta del chivo –una de sus excelentes obras como Conversación en la catedral y La guerra del fin del mundo–, dijo que de ganar Castillo llevaría a Perú a la “catástrofe”. No ha sido así.

Hace años estuvo Vargas Llosa en México, donde en un encuentro de Vuelta, con Octavio Paz (septiembre de 1990), había señalado que el PRI era “la dictadura perfecta”. A las pocas horas salió del país sin decir por qué. Carlos Salinas se carcajeó.

Ahora, en su reciente visita a la nación mexicana, salió con dos expresiones fuera de serie. Dijo que Andrés Manuel López Obrador se iba a reelegir, a como diera lugar, sentencia negada por el tabasqueño. Además señaló que en todo el mundo se necesitaba el “voto inteligente” de los ciudadanos, inconcebible en pleno siglo XXI.

Cuando recibió el Premio Nobel de Literatura, Mario dijo: “Espero que me lo hayan dado por  mi obra literaria y no por mis ideas políticas”. Lo cual muestra que en ocasiones los galardones, de cualquier tipo, no corresponden al trabajo que se reconoce.

Mario Vargas Llosa, buen escritor y mal político, sin duda, aunque debe aclarar su situación fiscal.

 

 

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