Brozo y Loret “calientan la plaza” pública

Ramsés Ancira / Historias para armar la historia
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Tengo el concepto, como periodista e historiador en continua formación, de que la división social solo provoca lo que el refrán popular denomina “A río revuelto, ganancia de pescadores”. Con frecuencia me llega a la mente la invasión de 1847, el hecho de que el Ejército de Zacatecas, que era el mejor pertrechado del país, no hubiera participado ese año en la defensa de la nación; la Guerra de Reforma, provocada por la jerarquía de la Iglesia y por quienes pensaban que los mexicanos no teníamos capacidad de gobernarnos;  o el nombre de Victoriano Huerta, ancestro indirecto de Pinochet que asesinó a Madero y Pino Suárez para ceder un mayor control del petróleo a las empresas de Estados Unidos.

El puro nombre Latin Us, no deja duda de para quienes trabajan Carlos Loret y Víctor Trujillo: (sospecha que confirman las magníficas producciones, al estilo Hollywood, de sus programas), para las empresas de los United States, que quieren hacer negocios en México, pero no para México. Vuelta a la historia: la United Fruits y el apoyo que siempre tuvo de la CIA para formar grupos paramilitares en Honduras, El Salvador y Guatemala.

El Infotainment según Wikipedia, la indispensable enciclopedia virtual sin fines lucrativos, se define como “un neologismo anglosajón de los términos information y entertaintment que alude a la tendencia periodística sensacionalista de representar la realidad en clave espectacular en cualquier medio de comunicación”.

Y añade y bien vale la pena reproducirlo “El proceso consiste en la selección de los contenidos y las formas narrativas basándose en el impacto que puedan causar en la audiencia, en vez de priorizar la capacidad de suministrar información relevante y rigurosa. En otras palabras, el interés humano suplanta al interés público (Franklin, 1997) creando una “espectacularización de la realidad” (Prado, 2003).

El pasado 23 de junio cuando se le preguntó al periodista Óscar Balderas cuál era su interpretación del asesinato en Tamaulipas de civiles inocentes, entre los cuales había padres, universitarios y profesionistas que nada tenían que ver con la delincuencia, pronosticó que era para “calentar la plaza”. Horas después, cuando se dio a conocer la captura de los responsables confesos de los crímenes, éstos confesaron, sin necesidad de presiones extrajudiciales, exactamente eso, que querían calentar la plaza.

¿Qué significa el término “calentar la plaza”? Provocar, revolver el río, hacer razias en los que se aprese o caigan abatidos cientos de delincuentes, para que otros tomen su lugar en los mismos negocios.

Preveo y respondo de una vez a quienes me consideren un defensor de la 4T: los códigos de ética y deontología periodística nos obligan a defender a nuestro país, no a nuestro gobierno y lo que hace Loret, en su histriónico papel de payaso y Brozo, como su patiño, es exactamente ese, calentar la plaza.

Carlos Loret de Mola tiene lo que me atrevo a llamar “el síndrome Madrazo-Ruiz Massieu”. Explico.  El 4 de junio de 1969, el entonces secretario de Gobernación Luis Echeverría llamó a la dirección de la agencia Notimex, que el mismo había creado, para informar del “accidente” en que fallecieron entre otras personas Carlos Madrazo Becerra y su esposa Graciela Pintado. La versión que debía dar el órgano oficial del gobierno era que el avión comercial en el que viajaban se había estrellado en el Cerro de los Tres Picos.

Sin embargo, numerosos testigos dijeron haber visto que el avión había estallado antes de atravesar la Serranía del Fraile. La explosión, provocó que Madrazo, a quien Echeverría temía por sus dotes oratorias, además del apoyo que tuvo del movimiento agrario y grupos estudiantiles, terminara con los restos fragmentados. Lo identificaron por una mano que tenía el anillo matrimonial.

A su hijo, Roberto Madrazo Pintado, le apodaban el “moretón” en alusión a los apellidos de sus padres. Alguna vez le pregunté porque militaba en el PRI con estos antecedentes. Eludió la respuesta.

Casualmente el nieto del político tabasqueño, Federico Madrazo, es uno de los accionistas de Latin Us, según le dijo Roberto Madrazo Pintado a otro experto del infoentretenimiento, Ciro Gómez Leyva.

Otra huérfana provocada y luego compensada por el PRI, es la senadora Claudia Ruiz Massieu Salinas (que según el portal informativo Índice Político, quedó impune después de provocar un accidente al conducir borracha su automóvil), es hija del asesinado José Francisco Ruiz Massieu y sobrina de Mario Ruiz Massieu, quien se desempeñaba en ese momento como subprocurador general de la República y quedó a cargo de las investigaciones del asesinato.

Mario también murió a consecuencia de un asesinato simulado como suicidio.

El periodista Rafael Loret de Mola, me contó que su padre el exgobernador de Yucatán, Carlos Loret de Mola Medíz era abstemio, sin embargo, después de cruzar un retén militar el 7 de febrero de 1986, su cuerpo fue encontrado en una barranca. Los restos de quien también tuvo una destacada actividad periodística, mostraron que había ingerido cantidades exorbitantes de alcohol.

          Como responsable de la política interior que era en ese momento, Manuel Bartlett Díaz, entonces secretario de Gobernación, debió haber aclarado el asesinato. No lo hizo, a pesar de que así se lo pidieron los deudos del exgobernador. Por eso el nieto, Carlos Loret de Mola Álvarez, tiene suficientes y buenas razones para que Bartlett sea uno de los principales objetivos de sus investigaciones.

Pero de eso, a “calentar la plaza” pública con programas de linchamiento llenos de medias verdades, que se convierten en mentiras completas, hay una gran diferencia.

No hay periodismo si se hace una queja amarga de que se pierden las inversiones y se ignora que con López Obrador y según información de Forbes, “México es el noveno país receptor de inversión extranjera directa en el mundo”. De hecho, en plena pandemia ascendió al octavo.

Loret se desgañita contra López Obrador y el epidemiólogo López-Gatell, diciendo que después de las elecciones bajó la vacunación contra el covid-19, pero no dice que en México ya se aplicó doble dosis a todos los mayores de 60 años, al menos una a los mayores de 50, a casi todos los de 40; y se empezaron a registrar a los mayores de 30. Esto sin contar a las personas mayores de 18 que fueron inoculadas por participar en las campañas de vacunación.

Al 24 de junio de 2021, México es el primer lugar de Latinoamérica por el número de vacunas administradas, más de 41 millones. El segundo lugar es Chile, con 21 millones. Estamos tratando el caso de 17 millones 463 mil 895 ciudadanos, que representan el 13.67 por ciento, pero casi la totalidad de las personas consideradas por la Organización Mundial de la Salud entre las de mayor riesgo. Una proeza para un país en el que casi 40 por ciento de la población no tiene ingresos suficientes para comprar una canasta básica de alimentos.

“Perro no come perro”, dice un adagio que alude a que los periodistas no deben criticar el trabajo de otros periodistas. El documentalista Michael Moore, rompió esta tradición con su programa de televisión The Awful Truth (La horrible verdad), porque son superiores los intereses ciudadanos a los del llamado cuarto poder, y a cualquiera de los otros tres poderes.

 

 

De Cuauhtémoc, Netzaí y Miranda de Wallace

Ramsés Ancira / Historias para armar la historia
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Por segunda vez en una “confesión de prensa”, Isabel Miranda de Wallace reveló que usa métodos ilegales para manipular y obstruir a la justicia, lo que en sí es un delito tipificado por el Código Penal Federal; pero no se necesita ser abogado, ni siquiera demasiada inteligencia, para entender que la constructora del montaje más escandaloso del siglo XX incurre en varios delitos más, relacionados con la corrupción; y probablemente el uso de troyanos y virus cibernéticos.

A confesión de parte relevo de pruebas, dice un adagio judicial. Tiene su lógica, siempre y cuando esta confesión no sea producto de torturas. Los tormentos judiciales son una costumbre histórica en los penales federales y regionales, que inició en 1521 con la llegada a México de la Santa Inquisición en 1569, continuó en la Independencia, como puede verificarse con el caso de Fray Servando Teresa de Mier;  en la Revolución, como ejemplifican los hermanos Flores Magón;  y se ha prolongado durante  el tiempo que México ha tenido un sistema de partidos, incluso hasta el 2021, a tres años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Por favor no se moleste en hacer cuentas, si restamos al año 2021, el de 1569, que, como le recordamos, fue cuando se implantó la Inquisición en Nueva España, el resultado es: 452 años. Claro podríamos irnos un poco más atrás y recordar cómo le quemaron los pies a Cuauhtémoc, para que confesara donde estaba el oro. Pero mejor nos quedamos con ese número que es un poco más fácil recordar. Las torturas de Isabel Miranda de Wallace han sido más crueles que las que le propinaron a Cuauhtémoc. Que sepamos, a él no lo violaron españoles con gonorrea. Además, según nos deja saber la historia, la quema de pies de Cuauhtémoc, que según la leyenda declaró no estar en un lecho de rosas, sólo fue de un día.

Las torturas ordenadas por Isabel Miranda, que incluyen violaciones tumultuarias a por lo menos dos mujeres, y con un tolete de policía a un hombre, además de reiteradas golpizas, se han prolongado por más de 15 años; los cuales no han sido suficientes para que estas “malvadas” y “malvados” puedan siquiera inventar algo creíble sobre el paradero de los restos de Hugo Alberto, quien en la vida real (la que se desarrolla fuera de la cabeza de la Wallace) dio pruebas de vida, por lo menos dos años después de su presunto desmembramiento.

Regresemos a la audaz declaración, quizás “cínica” sería un mejor sustantivo, de Isabel Miranda de Wallace a los medios informativos:

El pasado martes 13 de julio, Miranda realizó una conferencia de prensa, y cito, textual, la información de El Universal:  “Acusó al titular del Instituto Federal de Defensoría Pública, Netzaí Sandoval Ballesteros, hermano de la exsecretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, de presionar al juez Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México para dejar en libertad a Brenda Quevedo Cruz, cuya participación en el secuestro de su hijo, Hugo Alberto Wallace Miranda, está acreditada”.  (Permítame gentil acompañante en el recuento de estos hechos, reiterar, poner en negritas, entre comillas y cursivas estas dos palabras “está acreditada

Y se pone más interesante: Miranda de Wallace precisó que Netzaí, titular de la Defensoría Pública Federal se comunicó con el juez que lleva el caso a través de la plataforma virtual Zoom y que lo hizo fuera del horario de trabajo.

Ahora le invito a jugar al detective Ellery Queen, a Sherlock Holmes o a Hércules Poirot, el investigador real o ficticio de su preferencia. Bueno, usted disculpe. Si no le gusta la literatura, recurramos a Descartes y usemos el recurso filosófico, el método de la duda para responder esta pregunta ¿Quién le dijo a Isabel Miranda de Wallace lo que hablaron el juez y el jefe de la defensoría pública federal?

         Premisa mayor: El juez está comprado y después de hablar con Netzaí, le llamó a Miranda de Wallace para informarle de esta conversación.

Premisa menor: Netzaí se puso de acuerdo con Wallace para que ésta lo criticara en público y simular su ineficiencia alegando que su jefe, el ministro Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia, le impedía hacer su trabajo. O bien, Isabel Miranda de Wallace tiene a su disposición un sofisticado equipo de espionaje que le permite hackear llamadas de Zoom y conocer su contenido.

Conclusión: Isabel Miranda de Wallace, sea por vía del tráfico de influencias, la corrupción del Poder Judicial o el espionaje, viola la ley.

Pero además se da el lujo de amenazar al propio presidente de la Suprema Corte de Justicia a quien le dice, y vuelvo a citar la nota de Manuel Espino en El Universal: “Hoy le solicito respetuosamente, no permita que se presione a jueces y magistrados, por parte del titular del Instituto Federal de Defensoría Pública, es decir que no utilice el influyentismo del que presume Netzaí Sandoval.

“Ejemplo de ello es la reunión que tuvo vía zoom con el juez de la causa, para presionarlo cuando esto no es su función; incluso presentándole una queja ante el Consejo de la Judicatura Federal”.

Isabel Miranda usa el viejo rito de gritar ¡Al ladrón! ¡Al ladrón!, al mismo tiempo que usa el “influyentismo” para, en sus propias palabras, presionar a jueces y magistrados de manera que se olviden de la ley y hagan lo que ella les ordena. ¡Faltaba más! ¡Si ella es la mamá de los pollitos, capaz de ordenar lo que deben hacer los directores de los reclusorios, e incluso el propio Renato Sales Heredia, el flamante presidente municipal electo de Campeche, por el partido Morena, quien, como excomisionado nacional de Seguridad, permitió que la “afligida madre”, torturara a sus acusados tantas veces como se le dio la gana!

No olvidemos que, en otra confesión de prensa, ésta en exclusiva para la agencia Notimex: Isabel Miranda declaró: “Sí los mandé torturar ¿y qué? Pude haberlos mandado matar”.

Para terminar con el tema y con ánimo de amarrar navajas, Isabel Miranda de Wallace dijo sin decirlo que el presidente Andrés Manuel López Obrador es un mentiroso, porque según sus propios datos, el secuestro en México si está en aumento.

 

 

Pin It