Turismo de salud, fortaleza de Cuba

Roberto F. Campos / Prensa Latina
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La Habana. El turismo de salud y calidad de vida constituiría fuerza importante de la industria de los viajes en Cuba para la etapa post covid-19, consideró el investigador y economista Miguel Alejandro Figueras.

En diálogo electrónico, el también Premio Nacional de Economía de la República de Cuba en 2007 significó que poner en primeros planos el turismo de salud constituye una ofensiva necesaria.

Dijo que en la recuperación y normalización de la economía y sociedad cubana, el turismo ocupa un lugar importante.

Señaló que los ingresos captados en el turismo internacional significan entre la cuarta y quinta parte de todas las entradas en divisas del país, y recordó que cuando se cerraron las fronteras en marzo pasado debido a covid-19, transcurría la temporada alta del turismo en el país.

El turismo mundial se afectó considerablemente por la pandemia y se recuperará paulatinamente, confió. Los turistas estarán temerosos, desconfiados, cuidadosos de no enfermarse, por lo tanto, volver a ensamblar los diferentes componentes de la llamada industria turística tomará algún tiempo, especificó.

Insistió Figueras que muchos turistas se preguntarán: ¿Cuál debe de ser el destino de mis  futuras vacaciones? ¿Dónde encontrar seguridad personal, seguridad sanitaria, trato humano? Y algunas respuestas las tienen en Cuba.

Esta nación desde hace 30 años comenzó el desarrollo acelerado del turismo internacional.

Para ese momento, válido en el presente, se definieron premisas muy transparentes como fomentar un turismo sano, sin juegos, ni drogas, ni vicios, Mantener una guerra intransigente contra las drogas y garantizar la máxima seguridad personal.

Recordó el entendido de que en Cuba nunca fue secuestrado un turista o grupo de turistas.

En la lista de prioridades incluyó mantener altos niveles de salud e higiene en los polos de recreo, y por demás con el desarrollo del turismo internacional y el derrame de su demanda, contribuir a la recuperación de la economía.

De esta manera, recalcó, obliga dicho sector a transformaciones e innovaciones en un acelerado proceso.

Especificó que en la nueva etapa de recuperación de la economía cubana, es necesario fomentar nuevos productos para el turismo internacional.

En pocos años el turismo internacional cubano pasó de ocupar el lugar 23 en las Américas al octavo puesto, según el número de turistas (Cuba recibió por año más de 4 millones de viajeros).

Con el reconocimiento internacional logrado por Cuba por su papel en el enfrentamiento al ébola, el cólera y ahora a covid-19, sus médicos y especialistas son admirados y respetados, mencionó Figueras.  De ahí que se impone el turismo de salud y calidad de vida. Esta modalidad en el mundo es una vía rápida de crecimiento de ingresos, resaltó.

Figueras ocupó cargos importantes en el gobierno cubano de 1963 a 2012. Actualmente es profesor titular de la Universidad de La Habana, en el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC). Doctor en Ciencias Económicas, publicó varios libros y más de 70 ensayos en todo el mundo.

Una alianza perfecta

Las consideraciones del investigador apuntan a un nexo ineludible entre salud y turismo, fórmula que muchas personas suscriben a propósito de la pandemia del nuevo coronavirus.

Dijo que ahora es necesario avanzar en el turismo de salud, la prestación de servicios médicos en Cuba a los turistas que la visiten, buscando soluciones para sus padecimientos.

El turismo de salud en el mundo es una vía rápida donde crecen los ingresos. En años recientes esta modalidad contribuyó con 200 mil millones de dólares a los países que exitosamente lo gestionan.

En Cuba, especificó, la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, oferta 250 programas de servicios médicos.

La gama es amplia, desde tratamientos contra el cáncer, los problemas cardiovasculares, el vitíligo y los servicios estomatológicos integrales. Incluso, aseguró, puede aspirarse a un volumen mucho mayor de los turistas que viajan buscando servicios para el cuidado y atención de su salud.

Cuba dispone de una combinación perfecta para tal segmento, por su demostrado nivel científico médico, la pericia y amabilidad de su personal, y la calidad de sus instalaciones y servicios turísticos, comentó el economista.

Significó que sería una pena no aprovechar a fondo esta combinación ventajosa de Cuba. En la actualidad existe en esta isla una infraestructura turística joven y de buena calidad. De 74 mil habitaciones hoteleras estatales en su conjunto en el país, el 72 por ciento de ellas (53 mil) se encuentran en hoteles de las más altas categorías. La oferta hotelera es variada y bien distribuida a todo lo largo del país.

Cuba deberá acceder en mayor escala a este mercado. Otros países, con menos condiciones que esta isla, lo hacen, reflejó el especialista.

Insistió que en las redes sociales cubanas se pueden encontrar muchos artículos de destacados economistas y politólogos reclamando un mayor dinamismo en el desarrollo de dicho producto. Al respecto confesó que será necesario replantearse cómo manejar el turismo de salud con un sentido comercial y de mayores aspiraciones.

Reflejó entonces una frase muy socorrida por estos días en el archipiélago “Hay que pensar como país”. Cambiar todo lo que sea necesario, elevar la coordinación y trabajar agresivamente de conjunto.

Algunos de los planes adelantados oportunamente por el Ministerio de Turismo de Cuba (Mintur) tienen en cuenta la posibilidad de preparar programas de recuperación de covid-19 en los cayos de la región centro-norte de Cuba.

 

 

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