No que no podía López Obrador

Arturo Sandoval
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

“La perseverancia es una virtud que no debe ser subestimada”. Bob Riley, político.

Sin echar las campanas a vuelo, ni juegos pirotécnicos; tampoco desfile de llegada cubierto de confeti desde el aeropuerto, hacer cúspide en la calle 20 de Noviembre en un Mercedes con la capota descubierta. Sonrisa falsa, manos levantadas de presidentes vende patrias. Porras y más porras de acarreados de sindicatos, confederaciones obreras, asociaciones subsidiaditas por el gobierno, para celebrar que los presidentes de sexenios pasados habían malbaratado parte de México a Estados Unidos. No hay ni habrá eso en el regreso de Andrés Manuel López Obrador del aeropuerto a Palacio Nacional. Sin la presencia de decenas de miles de acarreados.

El representante de todos los mexicanos no viene con una honrosa derrota como la selección de futbol, tampoco con un triunfo apabullante como Jackie Chan en sus películas. Viene al parecer con una negociación favorable para ambos países, y evita ceder hasta la humillación acostumbrada.

El Peje le regala un precioso bate de beisbol de madera, con motivos de chaquira artesanamente adornado por huicholes; Donald corresponde el regalo con otro bate de aluminio rojo, personalizado y firmado por él, de la marca Louisville Slugger, con la consigna de usarlo en la cara del segundo regalo: César Duarte.

De verdad el Bloque Opositor Anti-AMLO querrá discutir sobre el discurso de AMLO ante Trump no fue de un verdadero estadista, seguro que lo harán. Lo aclaró Obrador al decir lo bien tratados por Trump a partir de este gobierno, aunque nos amenaza con aranceles si no paramos la migración en el sur de México.

“El peor error que puedes cometer es subestimar a tu enemigo suponiendo que es malvado, creo que hacer eso es terrible”. Alan Dershowitz, abogado.

En el discurso de Donald Trump, lleno de halagos para Obrador y para los mexicanos, sólo le faltó decir que le va a las Chivas y es guadalupano.

Pensar en la ganancia de votos para Trump en las elecciones de noviembre por influencia de la visita de López Obrador es insultar la inteligencia de nuestros paisanos. Ellos saben si han sido favorecidos por la administración de Trump y el mucho daño recibido por las decisiones del presidente estadunidense. No verán nada bien el querer echar abajo nuevamente el DACA, la carencia de protección en salud en esta pandemia, la falta de apoyos económicos para ellos entre muchas cosas en su perjuicio.

El “hubiera” está presente aun para los incrédulos: sí no hubiera ganado López Obrador, con otros presidentes estaríamos hundidos en situación humillante y entreguista. Haga usted un ejercicio de  dos hubieras: gobierno con Ricardo Anaya y gobierno con José Antonio Meade. No sólo de una visita a Estados Unidos, también del manejo de la pandemia. Bien dicen por ahí: con Meade en la Presidencia, Emilio Lozoya sería secretario de Energía y puede que, con Anaya también. La contratación de deuda sería exponencial, la dependencia mayor; los Duarte (César y Javier) libres y disfrutando sus miles de millones de dólares, al igual que Rosario Robles y Juan Collado (hoy en el total olvido).  Enrique Peña y Luis Videgaray no andarían con un nudo en la garganta ni con el Jesús en la boca, no se diga sus numerosos compadres. Mientras, Alejandro Gertz Manero y Santiago Nieto disputan quién suelta la guillotina.

Claro, con AMLO las cosas no son perfectas, tiene errores; unos no tan grandes como dice esa parte de empresarios no invitados (BOA) a partir el pastel en esa cena del más alto nivel empresarial de mexicanos y estadunidenses. La negociación es más bien para que los estadunidenses cedan más o mucho más de los negocios de energía y minería donde son dueños en México y los compartan con Carlos Slim, Ricardo Salinas y Romo principalmente. No será una expropiación, pero sí un: “no sean tan abusivos. Háganle como aquel político del Nayar, si nos van a robar, que sea nomás tantito”. Este favorecido grupo de empresarios mexicanos, apoyará a Morena y la Cuarta Transformación porque ahí está el negocio sin importar que ahora paguen impuestos. Al grupo de empresarios dentro del BOA, les tocará mucho menos, pero les tocará por ser buena fuente de empleos e importantes para la cadena productiva.

López Obrador ganó prestigio internacional, quienes dicen le hace falta estatura para tratar con sus pares de potencias, se comerán sus palabras. Así debe ser costumbre asistir a las cumbres de mandatarios, su discurso tiene peso de líder latinoamericano. Además en la lista de ganadores de buenos negocios está el mismo Trump; no pierde el futuro turístico del Tren Maya ni del empresario supervisor dueño del Grupo Vidanta, Daniel Chávez, también comensal en la cena de la Casa Blanca. Si Trump al empezar su gobierno hace tres años, tenía una fortuna de 3,500 millones de dólares, seguro, hoy tiene más; pero no tanto como tres o cuatro mexicanos asistentes a esta cena, ni de otros no invitados. Otro grande paso da Marcelo Ebrard, con su inteligencia y sapiencia política. Consigue nuevas y fuertes relaciones internacionales, para sumarlas a las muchas en su bolsa de activos políticos y empresariales, tanto republicanos como demócratas de Estados Unidos. Más fortaleza para el 2024.

“No subestimes a tu oponente, pero tampoco lo sobrevalores”. Nancy Pelosi.

Nota: Confirmado, mientras los del BOA están muy divididos, tanto en México como en Estados Unidos, López Obrador “no está solo”.

 

 

¡No se mandan solos con un demonio!

Arturo Sandoval
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

“Uno de los más grandes errores es juzgar a los políticos y sus programas por sus intenciones, en vez que por sus resultados.” Milton Friedman.

En una de las mejores semanas de este año de confinamiento en la política del país, donde destacan sucesos positivos: para empezar la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la Casa Blanca de Washington con un éxito político inesperado, donde algunos opositores de la visita, conservadores, de centro, de la izquierda y del mismo Morena, pensaron en la humillación pública que Donald Trump le iba a dar a nuestro presidente y… nada: sí fallaron los pronósticos de forma apabullante.

Se argumentó por algunos sectores en México y Estados Unidos, el aprovechamiento de la visita de López Obrador por Trump a unos meses de las elecciones de su país, para aumentar la preferencia en buena parte de los 38 millones de mexicanos poblando Estados Unidos. Sí, es probable, pero podrán ser unos cuantos cientos ya cautivos y menos por el cambio de decisión de voto. Lo más seguro es el aumento de mexicanos que ahora sí votarán en contra de Trump, debido a las muchas ofensas y actos administrativos para dañar mexicanos. El excelente e inteligente discurso de AMLO, es uno de los alicientes para ejercer un voto útil solamente. Familiares y amigos de los 800 mil jóvenes dentro del DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) seguramente votarán por Joe Biden u otro, pero no por Donald Trump. Los indocumentados no pueden votar, pero son víctimas con amigos y familiares también con derecho a voto.

Si alguien en alguna elección sale favorecido con esta visita a Washington, lo es Morena y desde luego AMLO, si admiten el pleonasmo. La cena fue un festival para los empresarios. Nuevos negocios, fortalecimiento de alianzas, compraventa de bienes y servicios, escenario con alta dosis de intercambio billonario en dólares. Y mucho, pero mucho cabildeo político.

Hoy, el Peje, sentado en algún cómodo sofá del departamento familiar dentro de Palacio Nacional, abrazando a su hijo, con sonrisa y mirada de satisfacción hacia su esposa Beatriz, se pasará uno de sus mejores domingos familiares.

Un pastel con varias cerezas esta semana: la inminente extradición de Emilio Lozoya, la captura de César Duarte, los perros de caza tras Tomás Zerón, avances en el caso Ayotzinapa, la carta de apoyo del director del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín, dirigida al presidente López Obrador, un bate de aluminio rojo, un semáforo naranja en varias ciudades con brillo intermitente para brincar al rojo o al amarillo, la falsa idea de disminución del desempleo cuando ya no hay mucha gente con empleo que correr, buena semana en la Bolsa Mexicana de Valores para las empresas mineras y energéticas y: la Pelea del Siglo… bueno, bueno, no tanto: el debate entre el fiscal Alejandro Gertz Manero y el académico Edgardo Buscaglia, el cual disfrutamos a más no poder por su alto nivel gracias a Carmen Aristegui. Buscaglia se puso el chaleco de necio con la etiqueta cliché de: “no entiende que no entiende”, y Gertz le explicó con manzanas, con palitos la necesidad de que para que la Fiscalía entre a atender algunos casos, debe ser con pruebas otorgadas por Hacienda o la Unidad de Inteligencia Financiera.

A mi parecer, quizás por súper ego, el doctor Buscaglia no daba su brazo a torcer y sacó su bolsa con sinnúmero de artículos, leyes, el caso de Lydia Cacho; para ser aplastadas por otras más reales, salidas del conocimiento del magistral doctor Gertz Manero. No termina en un resumen de “para cabrón, cabrón y medio”; por fortuna el final es de cuento de hadas, con la aceptación de Gertz Manero de integrar el ofrecimiento de asesoría del investigador experto doctor Edgardo Buscaglia. Lo cual sería la muy deseada reparación del puente roto entre Santiago Nieto con el fiscal General de la República.

15 mil millones de pesos, casi no los ganaba ni Luis Videgaray en una semana. Es mucho dinero para liberar cuentas bancarias a presuntos delincuentes por no sustentar bien las carpetas de investigación o por no seguir los procedimientos adecuados. Ya lo dijo López Obrador, Santiago Nieto no hace nada sin consultarlo con él; o sea: no se manda solo, tiene dos jefes arriba. Emilio Lozoya se fugó por congelarle las cuentas antes de tiempo, pero de cualquier forma el resultado es su regreso a México, quitarle los grilletes familiares parte de la negociación. Ya en suelo mexicano, el exdirector de Pemex, corrupto entre los corruptos, según notas extrajeras --si conocieran a lo demás--, no podrá poner condiciones: o habla o habla. Seguramente se recuperarán las cuentas bancarias y muchas de las propiedades de la familia Lozoya adquiridas con ilícito dinero. Ensartará a varios corruptos también. La lista inmediata la encabeza el exageradamente caro sibarita a costillas ajenas: Tomás Zerón. Si esta es una estrategia para aplicarla con los otros delincuentes, parece ser muy buena siempre con resultados iguales al caso Lozoya, pero… avísenle al doctor Gertz Manero, nuestro abogado de la nación.

Nota: No sean gachitos.

https://www.youtube.com/watch?v=x-oTgxnh10Y&feature=emb_logo

 

 

Pin It