Cdmx, una de las más vulnerables frente a terremotos

José Luis Ortiz Santillán
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A diez años del terremoto devastador que arrasó a Haití, en una conversación con el colectivo de Topos Adrenalina, a quienes conocí en medio de ese desastre en Puerto Príncipe, surgió el tema recurrente de la fragilidad de la Ciudad de México frente a los sismos. La conclusión es que, esta ciudad es una de las más pobladas del mundo y se encuentra bajo un alto riesgo sísmico; aunado a que cuenta con una acentuada escases de rescatistas especializados en estructuras colapsadas, componentes que la convierten en una de las ciudades más vulnerables ante la ocurrencia de terremotos de gran magnitud.

Ismael Villegas, presidente de Topos Adrenalina Estrella AC, me ha hecho llegar algunas de las reflexiones de este colectivo de rescatistas, las cuales comparto aquí con los lectores. Según los datos del INEGI de 2015, la Ciudad de México cuenta con 8.9 millones de habitantes, más 1.7 millones de población flotante, esto hace un total de 10.6 millones de personas expuestas a los peligros derivados de la ocurrencia de terremotos, pero como para los desastres no existen fronteras, se deben tomar en cuenta también los aproximadamente 20.5 millones de habitantes que incluyen el área metropolitana.

Para el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), existen tres posibles escenarios de terremoto que se originarían en la brecha de Guerrero en un futuro próximo y que afectarían a la Ciudad de México:

Escenario 1: Cuatro sismos con intensidad de 7.5 y 7.7 grados

Escenario 2: Un sismo con intensidad de 8.2 grados.

Escenario 3: (El menos probable), un sismo con 8.4 grados de intensidad.

El colectivo de rescatistas precisa, sobre la base de la historia reciente de la Ciudad de México. Recordemos que el terremoto de 1985 fue de 8.1 grados y dejó 412 edificios completamente colapsados en la Ciudad de México, y que el terremoto de 2017 de 7.1 grados dejó 38 edificios también totalmente derrumbados con múltiples personas atrapadas. Por lo que, estos tres escenarios mostrados por el Cenapred, superan en intensidad a los terremotos que se han presentado tanto en 1985 como en 2017; lo cual pone de manifiesto que a la Ciudad de México está en un alto riesgo sísmico.

Topos Adrenalina Estrella señala que los equipos profesionales de rescate en estructuras colapsadas del Estado, los llamados USAR, por sus siglas en inglés (Urban Search And Rescue), son totalmente insuficientes para atender las necesidades de rescate de la capital mexicana, un ejemplo de ello fue el terremoto del 19 de septiembre del 2017.

Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), organismo de la Organización de las Naciones Unidas, para el 28 de septiembre de 2017 (nueve días después del terremoto), se encontraban operando en la Ciudad de México 17 grupos USAR nacionales e internacionales; si hacemos cuentas: 38 edificios totalmente derrumbados y 17 grupos USAR operando; resulta que no hubo en ese momento ni siquiera un equipo USAR para atender por lo menos un edificio colapsado por cada equipo, además de que estas cifras oficiales combinan los equipos de rescate USAR que venían de otros estados de la república mexicana y del extranjero.

Sólo hasta el mes de julio de 2019 se acredita ante las autoridades de Protección Civil federal un grupo USAR del Gobierno de la Ciudad de México como “nivel mediano”, esto es que cuenta por lo menos con 42 elementos con los más altos estándares nacionales para intervenir en la búsqueda y rescate de personas atrapadas en edificios colapsados; estos 42 rescatistas deben atender a por lo menos a una población de 10.6 millones de personas expuestas a los riesgos de terremotos , o sea, a 252,380 por cada elemento altamente capacitado; esto es totalmente insuficiente.

Los terremotos de 1985 y 2017 obligaron a los ciudadanos a organizarse y salir a las calles a darle la cara a la desgracia, debido a la siempre tardada e insuficiente respuesta gubernamental, gracias a esto, muchas vidas fueron salvadas por las manos de los ciudadanos voluntarios y de los rescatistas Topos.

El colectivo de rescatistas plantea que la sociedad civil organizada también debe profesionalizarse. El marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres 2015-2030 de la ONU, indica que es responsabilidad de los Estados prevenir y reducir los riesgos de desastres y la participación de toda la sociedad y todas las instituciones del Estado. En este sentido, la solidaridad de la sociedad civil también debe profesionalizarse para que se pueda actuar de forma más ordenada, con mejor organización, mayor eficiencia y seguridad ante los riesgos que implican los terremotos.

Los rescatistas apuntan que, así como sucedió en los terremotos de 1985 y 2017, donde la sociedad civil no puede esperar a que la Cuarta Transformación los organice con fondos del erario, los rescatistas Topos requieren del apoyo económico de la sociedad civil mexicana, para financiar su profesionalización y equipamiento bajo estándares nacionales e internacionales, ya que son organismos civiles sin fines de lucro; tema en el cual el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y el de la Ciudad de México, deberían poner mucha atención hoy.

 

 

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