Pemex: Presiones de trasnacionales a la vista

Pablo Cabañas Díaz
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La participación de las empresas petroleras en México, se han minimizado al punto de que existen escasas referencias sobre ellas en nuestros medios de comunicación. Desde 2013, se asignaron concesiones a 70 petroleras privadas. Los conflictos de intereses que existen en esas concesiones son de tal magnitud que se van convirtiendo en un factor de riesgo para la estabilidad política y financiera del país. El poder de las grandes petroleras, se pudo apreciar en la cumbre llamada “México y su banca: protagonistas en el nuevo orden económico internacional” y que tuvo lugar en Acapulco, Guerrero, el 10 y 11 de marzo de 2016. En esa ocasión Enrique Peña Nieto estuvo acompañado por uno de los arquitectos de la privatización de Petróleos Mexicanos, George Friedman, fundador y director de Geopolitical Futures; del general David Petraeus, exdirector de la CIA y de Robert Zoellick, expresidente del Banco Mundial. El moderador fue Jaime Serra Puche, presidente del Consejo de Administración de BBVA Bancomer. La clausura fue realizada por el CEO de Black Rock, Larry Fink quien posee fuertes intereses en Pemex y  en el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El Plan de Negocios que Pemex armó con las empresas petroleras se dio a conocer el 3 de noviembre de 2016, y mostraba los nuevos esquemas de “asociación, coinversión con terceros o servicios con terceros”. El pacto entre las petroleras y el gobierno mexicano cambió dos años después al presentar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el Plan Nacional para la Producción de Hidrocarburos. En el nuevo esquema para la industria petrolera se pretende  rescatar a Pemex y aumentar la producción hasta 2 millones 400 mil barriles de crudo diarios cuando finalice su sexenio.

Los puntos más importantes son:

* Mejorar y reparar seis refinerías en el país y construir una nueva.

* Incrementar las exploraciones en 10% por año; la producción de gas aumentará en 50%. La producción de barriles por día pasará de un millón 750,000 a 2 millones 400,000  a finales del sexenio. Para esto se necesita asegurar el incremento de las reservas, enfocando los esfuerzos en cuencas del sureste en aguas someras y en tierra, así como en cuentas convencionales del norte.

* Desarrollar de forma acelerada los campos descubiertos, cuidando y garantizando el máximo factor de recuperación.

* Trabajo de perforación y reparación de pozos a fin de reactivar la producción de Pemex y aumentar el factor de recuperación de campos maduros.

II

Una vez realizada la reforma de Pemex, los directivos de Black Rock, Stephen Schwarzman y Larry Fink se reunieron con Peña Nieto e integrantes de su gabinete el 29 de julio de 2015, en una cena celebrada en Palacio Nacional, en la que se recordó que antes de ser candidato presidencial, en la ciudad de Nueva York, compartió con Fink la posibilidad de hacer una reforma como la alcanzada.

Los compromisos de Peña Nieto con las empresas petroleras empiezan a ser un factor de inestabilidad para la nueva administración de López Obrador. El expresidente a lo largo de su sexenio explotó la leyenda negra de Pemex, pero al paso del tiempo se le revirtió  la campaña mediática. Es importante hacer mención que en el paquete de la reforma energética, las leyes secundarias establecieron las especificidades sobre los cambios fundamentales a la Constitución. El transitorio 5o del Decreto de la Reforma establece que los particulares podrán reportar para efectos contables y financieros la asignación o contrato correspondiente y sus beneficios esperados.

La presión para seguir utilizando nuestros recursos petroleros con fines especulativos no se va a detener. Estas presiones tienen como antecedente un reporte del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, realizado en octubre de 2012 por el equipo de asesores de quien era el titular de ese organismo, el senador Richard Lugar. El reporte, titulado “Petróleo, México y el acuerdo transfronterizo”, enfatiza que las inversiones de gran escala serán posibles siempre y cuando se “puedan registrar las reservas en la Comisión de Cambios y Valores de Estados Unidos, una forma de contabilidad financiera que no incluiría inversiones conjuntas o contratos de riesgo con Pemex. El reporte, que tiene fecha del 21 de diciembre de 2012, y fue ratificado por el Senado mexicano el 12 de abril del 2013, formalmente se provee una base bilateral, desde la que ambos países pueden desarrollar el marco necesario para la producción conjunta de petróleo y gas natural en las reservas que se extienden a lo largo de sus fronteras marítimas en el Golfo de México. Existen más acuerdos pero permanecen en reserva.

En el paquete de seis dictámenes de la reforma energética que se aprobó por ambas cámaras del Congreso mexicano fue planeado, diseñado y cabildeado desde la oficina del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, presidido por John F. Kerry. En la parte medular se advierte que: “Se permitirá por primera vez a compañías petroleras internacionales que cotizan en Estados Unidos trabajar en asociación con Pemex, sin incluir contratos de servicio. Luis Videgaray y Emilio Lozoya fueron los asesores del lado mexicano.

III

BlackRock se  hizo del control directo e indirecto de cinco proyectos de infraestructura energética, entre ellos Los Ramones, y seis bloques de exploración petrolera entre 2015 y 2017. El control se estableció a través de una compleja estructura corporativa que pasa por múltiples paraísos fiscales y de instrumentos de inversión (iShares) que sigue el comportamiento de acciones de 69 empresas en la Bolsa Mexicana de Valores a través de replicar índices bursátiles, lo que la hace la inversionista más grande del mercado bursátil mexicano.

Con sus iShares, BlackRock no participa en ninguna junta directiva, pero es el actor central de todo el mercado bursátil. “BlackRock es un consejero de gran confianza”: así definió Videgaray a la empresa estadunidense, cuando Peña Nieto y su gabinete se reunieron con sus directivos en junio de 2015. A las concesiones de exploración hechas en el sexenio pasado, se les dará tres años para que produzcan su primer barril de petróleo. Sierra Oil and Gas, que fue adquirida en diciembre de 2018 por la alemana DEA Deutsche Erdoel, inversión que incluye su participación en el descubrimiento de crudo Zama, en el Golfo de México. DEA espera que el acuerdo se cierre en la primera mitad de 2019. En Sierra Oil está Jerónimo Gerard, cuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari. Gerard creó la empresa mexicana Infraestructura Institucional, para después ir de la mano con los dos fondos de inversión más grandes del mundo, EnCap Investments y BlackRock para crear Sierra Oil & Gas. Con inversiones menores, se encuentran Ramiro Garza Cantú, de Grupo R, y Carlos Slim, con Carso Energy.

Otras empresas son Talos y Premium son dos fondos de inversión, BlackRock y Riverstone. Jaguar, una empresa que ganó seis bloques en la Ronda 2.3. Jaguar pertenece a Grupo Topaz, un fondo de inversión que dirige Dionisio Garza Sada, hijo de Dionisio Garza, expresidente de Grupo Alfa. Está asociada con la canadiense Sun God. En uno de los bloques se dio el gusto de ganar el desempate a Carso Oil and Gas, una empresa de Carlos Slim. La apuesta de Alberto Baillères en hidrocarburos se llama Petrobal. En asociación con Fieldwood Energy, ganó la cuarta área en la Ronda 1.2, que comprende dos campos de aguas someras con 265 millones de barriles en reservas. Tienen proyectada una inversión de 170 millones de dólares.

Grupo Alfa, su filial Newpek, ganó dos campos para producir gas húmedo en Tamaulipas, en asociación con la texana Verdad. La mayor productora de petróleo, después de Pemex, es Grupo Diavaz, fundada por los hermanos Luis y Óscar Vázquez Sentíes en 1973. Tiene presencia en 13 estados y ganó un campo en la Ronda 1.3. En Diavaz, el fondo Evercore, donde participa Pedro Aspe, es dueño de 20 por ciento. Las empresas petroleras con intereses en México esperan que el gobierno mexicano reconsidere la decisión de cancelar dos rondas de licitación y diferir las asociaciones con Pemex, debido a que estos mecanismos son “idóneos” para que el gobierno mexicano alcance sus objetivos de producción de hidrocarburos.

La Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos, que representa los intereses de las petroleras, expresó su opinión acerca de la decisión de la Comisión Nacional de Hidrocarburos de cancelar las rondas 3.2 y 3.3, y diferir por seis meses las asociaciones con Pemex, a solicitud de la Secretaría de Energía. “Esperamos que el gobierno de la república reconsidere su decisión de cancelar las rondas de 3.2 y 3.3, así como de posponer las asociaciones de Pemex (farmouts), pues creemos que con ellas, el país puede seguir contando con mecanismos idóneos para alcanzar los objetivos de producción que se ha planteado la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador”. En el plan quinquenal de licitaciones petroleras 2015-2019 que formuló el gobierno de Peña Nieto quedan por concursar recursos prospectivos que equivalen a 1.5 veces las reservas totales del país. Con la cancelación de convocatorias para nuevas licitaciones petroleras durante los próximos tres años, así como de las rondas 3.2 y 3.3 pendientes, se dejarán sin ejecución siete rondas en un total de 169 campos con recursos prospectivos por 1.5 veces las reservas totales del país.

En la última evaluación de 2018 del Plan Quinquenal de Licitaciones para la Exploración y Extracción de Hidrocarburos 2015-2019, la Secretaría de Energía todavía consideraba 169 campos petroleros para licitarse antes de concluir el 2019, de los cuales 31 se ubicaban en áreas convencionales, 64 en recursos no convencionales y los restantes 74 coincidían superficialmente con asignaciones de Pemex, por lo que tendrían sólo derechos de extracción. Los campos a licitarse abarcaban recursos en aguas someras, profundas y en tierra.

Con las cancelaciones quedaron sin licitarse 39,536 millones de barriles de petróleo crudo equivalente en recursos prospectivos a extraerse, volumen que equivale a 1.5 veces las reservas totales (probadas, más probables, más posibles) de México. En cuanto al territorio asignado, 29% de lo dispuesto para licitarse, que son 87,038 kilómetros cuadrados, con lo que la cancelación de las rondas por tres años dejó 213,093 kilómetros. Los que  se encuentra en juego tiene una expresión financiera, política y de impacto territorial pocas veces vistas en nuestro país. ¿Qué presiones van a ejercer estos poderosos grupos una vez que los planes de Pemex  no sean acordes a sus intereses? Las respuestas las veremos en los próximos meses.

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