Consulta, críticos de Trump, caravanas y Bolsonaro

Luis Gutiérrez Poucel / Ideas sueltas
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Estados Unidos, México, los países centroamericanos, Venezuela y Brasil están viviendo tiempos interesantes, lo que podríamos calificar como de transición epocal cuya característica fundamental no solamente es la incertidumbre, sino la certidumbre de que va a haber grandes sacudidas políticas, económicas y sociales. Así es, estamos en medio de un cambio de época en donde se presenta el resquebrajamiento de los sistemas políticos tradicionales y de los gobiernos predecibles hacia políticas y estados inciertos e inestables.

Consulta. El domingo 28 de octubre no solamente atrasamos los mexicanos el reloj una hora sino atrasamos al país 48 años, desde aquel aciago 1º de diciembre que tomó posesión Luis Echeverría Álvarez. También en pocos días celebraremos no solamente el Día de Muertos sino también la muerte del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco. Andrés Manuel López Obrador a partir de “ya” tuvo su primer acto de gobierno antes de la toma de posesión al decidir cancelar el aeropuerto recomendado por todos los expertos y estudios en favor de la opción no probada de Santa Lucía. Hábilmente AMLO disfrazó su decisión con una farsa de consulta llena de vicios y carente de representatividad estadística, lavándose las manos al estilo Pilato, argumentando que “el pueblo ha hablado y acataré su voluntad”, “no me cuestionen a mí, fue el pueblo quien decidió”. Las consecuencias ya se han empezado a sentir con la devaluación del peso y la desconfianza de los inversionistas. La cancelación del aeropuerto en Texcoco costará al país más de 1,000 empleos, el desarrollo de toda una región, cuantiosos ingresos de divisas, un menor crecimiento de los sectores de turismo y carga, así como restarle credibilidad a México. La susodicha consulta es un retrato hablado de lo que será su próximo gobierno, cuyas frases ilustran su personal estilo de gobernar: “me canso ganso”, “les guste o no les guste”, y “váyanse acostumbrando”.

Nicolás Maduro. La visita del Destructor de Venezuela a la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador ha sido criticada severamente, ante lo cual Andrés Manuel ha contestado que él y su gobierno respetarán a todos los gobiernos y pueblos del mundo. Me pregunto querido lector, porque no se hace una consulta a ver si los mexicanos quieren que se invite a México a ese infame personaje.

Violencia contra críticos de Trump. Los dos últimos incidentes de violencia sin ton ni son contra críticos de Trump y judíos en Estados Unidos ilustran el clima de intolerancia que ha generado el discurso agresivo e intransigente de Trump. En el primer incidente, un férreo amante de Trump envió bombas por el correo a los críticos del presidente estadunidense, mientras que en el segundo, un racista blanco balaceó a varios judíos en una sinagoga en la ciudad de Pittsburgh porque supuestamente estaban apoyando y financiando la caravana de migrantes centroamericanos. Siempre habrá locos que tomen la estafeta del odio y la rabia contra algunos sectores de la sociedad demonizados por líderes carismáticos. La pregunta que nos podríamos plantear es: ¿Cuánto tiempo pasará antes de que se presenten ataques similares aquí en México contra los críticos de AMLO, los fifís, los periodistas, los empresarios y los miembros de la mafia del poder?

Pies cansados. La nutrida caravana migrante compuesta de millares de centroamericanos en busca del sueño americano está encarando no solamente el cansancio, el hambre y las inclemencias del clima, sino los desafíos que le esperan en la frontera. Más de 2,000 efectivos militares y extremistas neonazis los están esperando para evitar su entrada a suelo estadunidense. Trump continúa demonizando a los migrantes como inadaptados, delincuentes, terroristas y pandilleros, calificando a la caravana como una amenaza contra la civilización y apacible vida estadunidense. Los ciudadanos menos cultos, más conservadores, lo escuchan y le creen, a pesar de que no han encontrado indicio alguno de terroristas o criminales en la caravana. Como sabemos, la verdad importa menos que un relato bien construido que apela a la emoción, lo que Trump popularizó con su postverdad o postfactual.

Los migrantes huyen de la pobreza y de la violencia en sus países. En Centroamérica existe un gran número de personas que viven por debajo de la línea de pobreza, donde la mayoría sobrevive con menos de dos dólares por día. La pobreza es el elemento más perjudicial al bienestar y dignidad de la gente; la violencia es la hija favorita de la pobreza.

Bolsonaro. Más de la mitad de los brasileños votaron por el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, quienes lejos de asustarse de su discurso violento, machista, homófobo y racista, se entusiasmaron por sus promesas de un Brasil fuerte y limpio. Dentro de los sectores más entusiasmados están los ricos, empresarios poderosos y terratenientes que buscan la explotación de los recursos en la Amazonia, ocupar la tierra de los indígenas y sacrificar el pulmón verde de la selva amazónica. Otro sector que apoyó a Bolsonaro es la clase media brasileña asustada por la crisis económica, el desempleo y los escándalos de corrupción.

En efecto, vivimos una transición epocal donde la cultura se considera subversiva, los medios de comunicación independientes enemigos del pueblo, y donde los críticos del gobierno son atacados con total impunidad. Líderes carismáticos de derecha e izquierda abonan el terreno con supuestos enemigos, ataques inexistentes sembrando las semillas de la discordia, el odio, la intolerancia y la violencia.

Viviremos por lo menos seis años de desafíos, de promesas verbales y de hechos lamentables. La única manera de combatir y enfrentar al monstruo de la intolerancia con cara de Trump, AMLO, Ortega, Maduro o Bolsonaro, será la unión de las buenas personas.

Los mexicanos recuperaremos la seguridad y confianza que en una votación aciaga nos robó un vendedor de sueños.

 

 

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